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Creer en Dios en la oscuridad y en la luz

  • Foto del escritor: infoezer24
    infoezer24
  • 12 nov 2024
  • 6 Min. de lectura

Uno de los principales retos que tenemos cuando comenzamos nustro caminar con Cristo es creer en las promesas de Dios y en lo que dice Su palabra pero quiero compartirte que sus promesas son reales y Su palabra es eterna. El dice "tengo planes de bien y no de mal para darte un futuro y una esperanza" Jeremias 29:11 .

"El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza" salmos 34:18

El dia de hoy te comparto momentos en donde pense que estaba en la oscuridad pero Dios sabía, Dios me veía y me liberta.


Este es nuestro Dios, el que ve lo que sucede en lo secreto, el que ve tu corazon dolido, el que ve tu sufrimiento y te lleva a experimentar para entender que tu vida es para bendición. No hay lagrimas gastadas, no hay dolor en vano.


2001

En esta fecha tenia 7 años de edad y me encontraba a oscuras, sólo se oía mi respiración y el crujido de la casa, mi corazon latia fuert en mi pecho por la adrenalina de lo que estaba por hacer, sabía que no iba a llegar nadie en por lo menos 1 hora. La computadora pesaba en mis piernas y la luz brillante me hacía daño en los ojos, así que decidí bajar el brillo y el volumen estaba silenciado mientras seguía buscando un vídeo que satisficiera mis necesidades.

Era emocionante hacer esto, no tener a nadie que me supervisara y que confiaran en que era la chica buena que todos pensaban, pero en lugar de eso estaba aquí, viendo estos vídeos y escondiéndome en la oscuridad de mi habitación. Yo sabía que estaba mal lo que estaba haciendo y sentía un vacío, como un pozo interminable de vergüenza del que no podía salir pero no había nadie a quien pudiera contárselo, no había nadie que pudiera ayudarme. Si confesaba todo el mundo se sentiría tan decepcionado conmigo, todo el mundo sabría que era un fraude, una hipócrita y una promiscua.

 

Lo único que podía pensar era "que alguien me saque de la oscuridad, por favor" mientras seguía viendo esos videos. Pensé que estaba sola en ese cuarto, pense que estaba luchando sola pero Dios estaba ahi.

 


En septiembre 2023

Estaba mirando fijamente el techo con el corazón cayéndose en pedazos mientras recordaba todo lo que había pasado en las últimas semanas. Mi hija había muerto, ahora era cenizas en una urna. Hace unas semanas estaba embarazada y ahora mi hija estaba muerta. Empecé a sentir un impulso familiar en la boca del estómago y mi cerebro buscaba consuelo y una vía de escape. Quería dormir para siempre, quedarme en mi cama y no despertarme, sólo podía pensar en ver aquellos vídeos, los vídeos que estaban pegados a mi cerebro cada vez que necesitaba una liberación de cualquier situación, pero al buscarlos fue como si no hubiera recuerdos de todos aquellos vídeos, de todas aquellas imágenes, intenté buscar las imágenes familiares y no había ninguna, era como si la cinta de mis recuerdos se hubiera borrado. De repente me encontré llorando, lloraba porque sabía que había sido un milagro,la necesidad de satisfacer mi cuerpo había desaparecido y todo lo que quería era cantar alabanzas a Dios, todo lo que quería era dar gracias a Dios y entonces el enemigo comenzó a hablar y a quebrar mi corazón, mi mente se lleno de pensamientos "¿Cómo puedes dar gracias a Dios cuando tu hija está muerta?" los pensamientos se ponian peor cada vez que queria alabar a Dios y agradecer que ya no me apetecía ver los vídeos que habian plagado mi mente durante 22 años , cada instante que queria alabar imágenes de mi hija llenaban mi mente, culpa, dolor, recuerdos de que estuvo 24 horas en un congelador, estaba muerta, tuve que ir a reconocer a mi hija, mi bebé de 9 días, tuve que decidir si enterrarla o incinerarla, tuve que vivir sacando leche para una bebé que estaba muerta y la voz en mi cabeza me empujaba a decir "Odia a Dios, él hizo esto, permitió que quedaras embarazada y ahora tu bebé está muerta, ¡adelante! Esto es obra de Él" las lágrimas salían de mis ojos como una cascada, no podía parar de llorar, quería dejar de sentirlo todo, no lo diría, no culparía a Dios, así que el ataque a mi mente se hizo más fuerte, palabras de culpa y dolor daban vueltas en mi mente "fue tu culpa, tu estuviste en pecado tanto tiempo, si te hubieras cuidado mejor, si tan solo hubieras tomado la medicina en los momentos adecuados, tu pecado causó la muerte de tu hija asi que tu mataste a tu hija, eres culpable, tu esposo lo piensa y todos lo piensan" al escuchar esas palabras en mi mente ya no pude mas y dije "DIOS, por favor ayúdame, no puedo hacer esto, ¡por favor!, ¡quiero a mi hija! Por favor!" Dije esto entre sollozos y sintiendo que me moría por dentro y entonces DIOS me dijo " Estoy contigo y te doy a tu hija todos los días" yo no entendí esto "¡cómo puedes darme a mi hija todos los días!"? Le pregunté y me contestó "Te doy fuerza y sabiduría cada día, es Emma Sophia en tu vida" y me di cuenta que el significado del nombre de mi hija es Emma: Fuerza y plenitud y Sophia: Sabiduría, justo ahí, sentí que me quitó un gran peso de encima, sentí como si Dios me hubiera dado un salvavidas, como si me hubiera enviado una red para salvarme del tormento y la depresión y la agarré, me aferré a ella, me aferré a El para salvar mi vida y justo así vi cómo Dios me había llevado a la luz, le di las gracias a Jesucristo por permitirme tener esta oportunidad; hablar con Dios directamente y dejar que potenciara mi espíritu con el Suyo. Y así como así, la oscuridad se hizo más pequeña y la luz brilló un poco más.

 

Octubre 2023

Unas semanas después de la revelación que Dios me dio sobre mi hija, aún seguía teniendo pesadillas casi todas las noches, veía a mi hija en ese refrigerador, pensaba en como mi hija me necesitaba el día que tuvo su crisis y yo no estaba ahí; todas las noches tenía insomnio y lloraba. Seguia sintiendo una culpa tan fuerte por la muerte de mi hija, una culpa que me causaba dolor fisico, aun sintiendo ese dolor no queria alejarme de Dios porque sabia y sé que es lo único que iba poder ayudarme asi que en Octubre se anunció un evento en mi iglesia llamado Aurora y  después de lo que Dios había compartido conmigo me sentí con fuerzas para ir. Fue bonito pero duro, muchas de las mujeres que compartían sus testimonios hablaban de la pérdida, hablaban de cómo habían pasado por la muerte de un hijo y yo lo sentí en el estómago y en el corazón pero era justo ahí donde sabía que lo que me acababa de pasar era algo que podía ayudar a otras mujeres que pasaron por la misma situación, en mi caso la muerte de mi bebé. Durante el evento me invadían de nuevo los sentimientos de culpa y dolor pero conseguí mantener la mirada en Cristo, él me sostuvo. En cuanto terminó el evento, me dirigí a mi coche que estaba a unas cuadras del lugar y mientras caminaba, sintiéndome fortalecida y expectante de los siguientes pasos a dar con Dios, de pronto sentí que una pesadez me envolvía, era oscuro, era frío, era como si una oscuridad interminable me rodeara y empezara a decirme que no era digna de nada, que no era digna de tener felicidad, que había matado a mi hija y en ese momento sentí que me moría, sentí el ataque de pánico tan fuerte que no pude seguir caminando, no pude seguir, me quedé en el suelo, empecé a llorar descontroladamente, no podía respirar, ha sido el momento más oscuro que he vivido, de pronto las imágenes de mi hija saliendo del congelador me atormentaban, las imágenes de mi bebé fría e inmóvil me ametrallaban el cerebro, no podía respirar, el dolor era palpable como si fura otra persona a mi lado asfixiándome hasta la muerte y sabía que era el diablo, sabía que me quería muerta, sabía que quería que me quedara ahí y cayera en las profundidades de la depresión y la ansiedad, vi su plan, sentí su odio hacia mí y entonces solo pensé "Dios no puedo hacer esto, quédate conmigo, Jesus quédate conmigo, ayúdame" era todo lo que podía hacer, solo pensar y clamar a Jesus en mi mente porque no podía hablar, pero en cuanto empecé a clamar el nombre de Jesús, sentí que mi respiración volvía, sentí que mi mente empezaba a aclararse, sentí como el odio empezaba a disiparse y a silenciarse y al cabo de unos minutos pude caminar, me pude levantar y caminar hacia mi carro, las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas pero esta vez sentí gozo, un gozo que no podía explicar y esa noche cuando me atacaron las mismas imágenes de mi hija al intentar dormir, me di cuenta de que ya no me atormentaban y pude dormir.


Dios quiere sanarte, Dios quiere tu bienestar, todo esto que me pasó ayudó a refinar mi fe y me amor por Cristo y dar gracias, no te voy a decir que es facil, porque no lo es, seguir a Dios en el camino angosto duele, es pesado pero las recompensas son eternas y su amor siempre hecha fuera todo temor.

 
 
 

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